miércoles, 11 de septiembre de 2013

El camarada (un regalo).

<< Estaba sentado en el banco del parque perdiendo mi mirada en el atardecer sobre el río para ver si me llegaba la inspiración, hacía ya mucho tiempo que mi libreta estaba en blanco. Una mano se posó en mi hombro,no me volví sabía que era mi camarada.

Buenas tardes,camarada,veo que sigues en blanco.Será que buscas algo que esta perdido en ti.
Fíjate en aquel gorrión posado en la barandilla del puente.Bien se esta lavando sus plumas, emprende el vuelo se dirige a aquella rama,ves ya tiene su alimento,ahora va al nido,no se pregunta si el sol nace del oriente o del occidente, sólo sabe cuando nace y cuando se pone, se guía por él,no tiene un rumbo marcado cuando levanta el vuelo,pero sabe donde ir.No sé preocupa si aquí ó allí encuentra su alimento porque allá donde se posa lo obtiene,ya que él hace su función. Tú,mi fiel camarada, te posas en el banco,no lavas tus plumas porque crees que no lo necesitas,al levantar el vuelo ya te marcas un rumbo fijo,así que la rama donde te posas casi nunca te da alimento,eso te ocurre porque no haces tu función,crees que si ,pero no, porque piensas que la obra que representas la has elegido tú.Mírate bien camarada, ni siquiera cuidas de tu pluma para escribir y eso que es tu instrumento porque crees que ella te debe obedecer,miras donde se pone el sol, pero nunca te preguntas si el sol te mira a ti.


Se fue en el instante en el que los últimos rayos quedaban suspendidos.Al día siguiente empecé a escribir de nuevo al son del amanecer. >>



Regalo de Beatriz López. Muestra de que la generosidad

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