viernes, 26 de noviembre de 2010

Final.

Solía estar sentado frente a la ventana, siempre le gusto su mesa frente a aquel árbol que plantó hace ya muchos años y aún seguía creciendo.

Acababa de anunciar a su hijo que estaba a punto de acabar la novela.

Llegaba el final de un sueño de hace mucho mucho tiempo.

Escribió la última palabra, sonrió, puso el punto y llego el final.

2 comentarios:

  1. El bienestar de la tarea cumplida y el goce de crear, unidos. Qué enorme satisfacción, no?

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  2. Breve e intenso Rufino. En realidad es una larga historia, en que está sobrentendido el esfuerzo y dedicación que requiere una novela.
    Ahora viene la segunda parte, la que todo escritor espera pacientemente, que pocas veces llega, y algunas reconforta el esfurzo realizado.
    Un saludo Rufino

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